viernes, 19 de junio de 2009

Dulce de leche casero

Enrique y Leonela nos hicieron un pack muy chulo de regalitos de despedida. El dulce de leche fue especialmente bien acogido... sobre todo por las autoridades aduaneras australianas dichosas.
Un consejo: si queréis entrar comida a Oz, pensad que el cerdo no entra ni en pintura. A parte de eso los dulces, depende de cómo pinten, entrarán o no. Por ejemplo, llevábamos unas cajas de Yemas de Santa Clara compradas en el aeropuerto, precintadas y con la bolsita que dice duty free, o sea, que se veia que estaba comprada dentro del aeropuerto. Pues eso pasó. Dijimos que eran dulces y nos guardamos muy mucho de especificar de qué estaban hechos. (Los productos lácteos, como el cerdo). Pues el dulce de leche, como le dijimos que era sweet milk o algo así, y para colmo la señora preguntó de dónde procedía -y nosotros fuimos inocentones como para decir 'Argentina'-, pues decidió que se lo quedaba ella. 'De Argentina no puede entrar ningún alimento'. Tócate la xxxxx! Suerte que no se le ocurrió preguntar de qué están hechas las yemas...
La próxima vez decimos que el dulce de leche es de l'Hospitalet y sanseacabó. Total, podría serlo perfectamente.
Bueno, el caso es que la noche siguiente los dos soñamos con el dulce de leche, y como la receta de Edu rondaba por ahí, ayer me puse manos a la obra, y aquí tenéis la prueba gráfica.
Em sap greu que no lo podeis probar... está buenísimo!

(Quique, Leo, no sabéis la rabia que nos dió).
(Edu, gracias!)

Adiós al calorcito



Antes de tomarnos el avión nos marcamos una de empanadas. Y lo mejor de hacer empanadas es llamar a los amigos para que las prueben y den su opinión...
Hacía muchísimo calor, pero aún así el evento fue todo un éxito de participación y aceptación. ;-)