Bueno, por fin tengo algo para contaros. No es que me hayan hecho directora de ningún museo (todavía, dejadles tiempo y veréis) pero todo es empezar -a sociabilizar en este caso-. Me explico: Sandra (la mamá de Adriano y esposa de Fabio) trabaja de voluntaria en una escuela en el barrio. Va una vez por semana y colabora en un programa que lleva por nombre
The Stephanie Alexander garden and kitchen program. La explicación exhaustiva la encontrais en el link, pero en resumen se podría decir que, dentro del currículum escolar de secundaria, se trata de ayudar a los niños a entender el por qué la comida sana es sana. De dónde salen las verduras y cómo van a parar a sus platos, qué les aportan a ellos un menú equilibrado y cosas por el estilo. Y para ello tienen en el jardín de la escuela un huerto con lechugas, ajo, pimientos y otras cosas de temporada (o sea, que van variando dependiendo de la estación), un invernadero pequeñito, y un gallinero con cuatro o cinco gallinas y un gallo. Los chicos se dividen en grupos, cada grupo atendido por un voluntario, y trabajan cada dia un ratito en el huerto y después van a la cocina, una cocina enorme dividida en mesas de trabajo, allí entre todos preparan el menú del dia, lo cocinan y se come todos juntos. Después, supongo que dependiendo de la buena voluntad de los profesores en clase, se puede seguir sacando hilo al asunto... no es genial para chicos de 11-12 años, que ya pueden coger un cuchillo y, como dice Sandra, preguntarte cómo quieres la cebolla, a rodajas o a juliana???!!! :-)
Bueno, pues hoy he ido a verlo todo, no había chicos porque tienen dos semanas de vacaciones, pero he estado un rato con los voluntarios, me han explicado cómo funciona todo, me lo han enseñado todo, y la semana que viene volveré, aún no sé qué dia, para empezar a arremangarme.
Un poquito de envidia yo sé que sí que os estoy dando, eh?!
Pues aún hay más... jejeje...
Al salir de la escuela he ido a ver a Sandra -que aún no nos habíamos visto desde que llegamos del hemisferio norte- y me han llevado ella y la mamá de Fabio que está aquí de visita, al
Abbostford Convent, un antiguo convento con aire de iglesia medieval francesa que había estado regentado por monjas encargadas de un orfanato, una escuela de niñas, y no sé cuántas cosas más, que parece ser que años atrás estuvo a punto de ser derrivado y que la comunidad consiguió que se lo cedieran y convertirlo así en un centro cultural y de encuentro: hay un taller de vidrio soplado, una escuela de música, varios centros de tai chi y medicinas naturales y dos cafeterias-restaurantes. Y el edificio, y los jardines. Súper bonitos. Cuando le lleve a mi santo le va a encantar. Seguro.
Y para colmo al llegar a casa parece que me ha salido un alumnito de los dias en que empapelé las calles de mi barrio con anuncios de doyclasesdeespañol. A ver. Serían muchas cosas para un solo dia. Bonito, no?! Lindo, como dice Sandra.
Bueno, nada. Os mantendré informados.
Me voy a dormir que mañana llega Manel y son las tantas.
Bonanit